jueves, 23 de julio de 2015

ÁRBOL GENEALÓGICO, LOS LAZOS DE SANGRE Alejandro Jodorowsky



Tú amas la vida o la vida te ama?
El pantano no es consciente cuando produce un loto. Si se dijera «Me voy a preparar para dar origen a un loto», nunca produciría algo. Seguiría siendo un pantano maloliente. Pero de pronto, en esa masa densa y oscura, la fuerza vital produce una flor blanca…
Nunca estamos preparados para crear. La creación se hace a través de nosotros, porque obedece a cosas más vastas que la voluntad personal. Ejo Takata
-¿Qué significado tiene la familia?
La familia es lo permanente. Estaba antes de que llegáramos, le pertenecemos mientras vivamos y seguirá existiendo después de nosotros.
– ¿Definición de familia?
Una primera definición que he encontrado: “La familia es una generación de vivos, que caminan con dos generaciones de muertos a la espalda
hasta la línea de meta, donde le toca subirse a la espalda de la siguiente generación de vivos”
O como dice Alejandro Jodorowsky:” Cada uno de nosotros está habitado por las tres generaciones que lo preceden, lo que hace un mínimo de
catorce personas, si no contamos a los hermanos y hermanas o a los tíos y las tías”
El árbol genealógico es a la vez nuestra mayor trampa y nuestro tesoro más preciado. Trampa que lleva a traicionarnos a nosotros mismos por quedarnos apegados fielmente a contratos inconscientes. Tesoro que nos engendra y nos da la posibilidad de vivir desarrollando la conciencia. Trabajamos con un organismo vivo. El árbol genealógico no es un fósil enterrado, vive y se transforma constantemente con cada nueva generación (y es por esto por lo que no utilizamos una técnica que serviría para la fabricación en serie).
La psicogenealogía de Jodorowsky plantea que:
Los condicionamientos emocionales y de conducta grabados por nuestro linaje en nuestro inconsciente personal, el yo más desconocido y misterioso, determinan nuestra postura frente a la vida y conducen nuestros actos irremediablemente a repeticiones de patrones dolorosos en distinto ámbitos personales, de los que difícilmente podemos escapar.
El análisis psicogenealógico de nuestro propio árbol, nos devela las causas originales que desencadenaron esos patrones. Su visión y comprensión ya de por si resulta sanadora pero podemos dar un paso más hacia la superación de esas hirientes rutinas que nos privan de vivir en su plenitud y conciencia.
– Podemos reconocer a nuestro árbol por la huella que este ha dejado en nosotros. El cuerpo humano refleja los problemas o enfermedades heredadas del árbol. Como por ejemplo:
Lado derecho…herencia paterna
Lado izquierdo…herencia materna
El vientre…la madre
Dientes picados…es la rabia no expresada
Problemas de espalda…cargas a los padres
Eczemas…reflejan tu inadaptación social
Padres divorciados, o separados…puntas de los pies se separan
Regresión a la infancia…puntas de los pies miran hacia dentro
Huyes del pasado…caminas inclinándote ligeramente hacia delante
Eres un cobarde, miedo a entrar en la vida…te inclinas hacia atrás
No vives tu vida…caminas como un ladrón sin hacer ruido
Miedo a la sexualidad …pelvis movida hacia atrás
No te han amado…pecho endurecido e insensible
No te han acariciado…problemas desviación de la columna o escoliosis.
Caminar con la cabeza por delante… vivir en la cabeza sin reconocer tus deseos
-¿Tiene importancia plantearse si en nuestra familia hay secretos escondidos?
Lo que un antepasado calla, tiende a ser expresado en uno de sus descendientes por múltiples vías: accidentes, enfermedades, elecciones de pareja, decisiones importantes, vocaciones, etc. Por ejemplo, una bisabuela fue violada y su biznieta tiene un accidente en el que se le rompe el himen. Parece ser que “lo no dicho” tiene su propia presencia generación tras generación y tiende a materializarse de alguna manera
-¿Cómo podemos darnos cuenta de que en nuestro árbol hay un secreto?
Cuando el árbol quiere develarte un secreto, crea una estructura, algo que se repite, con eso pretende llamar tu atención. Por ejemplo una fecha que se repite, un estilo de elección de maridos, unos accidentes con ingredientes similares.
-¿Que importancia tiene un secreto guardado en la Familia en la estructura de nuestra personalidad?
Cada secreto Familiar está en Nosotros:
-Mis ideas locas secretas, están en mis bisabuelos
-Mis emociones secretas, están en mis abuelos
-Mis secretos sexuales-creativos, están en mis padres
-Mis secretos materiales, de territorio, están en mis hermanos.
El árbol guarda secretos, al tiempo que puede intentar desvelarlos. En todo árbol hay un héroe, el que lo sana y se sana, el que eleva su nivel de consciencia y frena de alguna manera que siga “corriendo el agua sucia” hacia generaciones venideras.
¿En qué consiste la sanación del árbol genealógico?
“La sanación del árbol consiste en quitar la repetición, comprenderla, o repetirla en una forma positiva” (Alejandro Jodorowsky)
Las quince preguntas que deberemos responder con total sinceridad si pretendemos empezar a profundizar en el conocimiento de nuestro árbol genealógico.
1.- ¿Cuál es mi finalidad en la vida? Yo agregaría qué me dará la Felicidad
Hay miles de posibles respuestas, desde conseguir un buen trabajo hasta conocer el funcionamiento del Universo. Es una pregunta fundamental, que debemos responder con valentía. Entendiendo por finalidad el objetivo que nos marcamos en estos momentos, que puede cambiar con el transcurso del tiempo.
2.- ¿Fui un hijo deseado?
Pregunta difícil, pretendemos no saberlo, incluso mirar en otra dirección. Resulta doloroso no ser esperado ni deseado. Tal vez nuestra madre
intentó abortarnos, o incluso puede que seamos el fruto de una violación. Sea como sea, debemos conocer la respuesta…
3.- ¿Me querían del sexo que soy?
Si soy el segundo hermano y antes había un chico, con toda probabilidad mis padres deseaban una niña. O bien, hay cuatro hermanas y de repente viene el niño, que será sin duda “el deseado”.
Los padres mienten de forma inconsciente respecto a esta pregunta, dicen alguna obviedad como: ¡lo importante es que venga bien! Pero sus actos posteriores los delatan cuando empiezan a regalar balones de fútbol a esa tercera hija “consecutiva”…
4.- ¿Por quién o por qué eligieron mi nombre?
Me llamo Antonio, como mi padre y mi abuelo. O por el contrario, soy chica y me pusieron el nombre de una antigua novia de mi padre. Lo ideal es tener un nombre que nunca haya sido usado en nuestro árbol genealógico, algo que nos concederá mayores márgenes de libertad.
5.- ¿La fecha y hora de mi nacimiento, cuál es? ¿Se asemeja a otra fecha importante para mi familia?
Esas “casualidades” o sincronicidades: He nacido el mismo día que mi abuelo materno, o llegué al mundo el día del aniversario
de la muerte de una de mis abuelas.
6.- ¿Cómo fue mi embarazo y mi parto?
¿Sencillo, o rodeado de todo tipo de complicaciones? Nací a los siete meses, antes de estar completamente formado o a los diez, con la sensación de que me retuvieron en contra de mi voluntad. ¿Nací por cesárea?, ¿Mi madre murió con el parto?…
7.- ¿Me dieron de mamar? ¿Cuánto tiempo?
Cualquier situación que se de por defecto o por exceso es un “abuso”. No tuve la experiencia de tomar leche materna, o la tomé hasta los cinco años.
8.- ¿Ocurrieron acontecimientos importantes en mi infancia? ¿Cómo es y ha sido mi salud?
Somos como esponjas que absorbemos las emociones de ese periodo de nuestra vida. ¿Se separaron nuestros padres cuando éramos unos niños? ¿Cambiaron de País? ¿Les afectó una guerra? ¿Un accidente los dejó marcados?
-Nuestra salud es de hierro. O tal vez, durante los primeros cuatro años de mi vida sufrí de amigdalitis… Me rompí tres veces el mismo brazo, etc.
9.- ¿De qué personas recibí cuidados, afecto y educación en mi infancia? ¿Qué mascotas hubo en casa?
Es posible que nuestros padres estuvieran poco y la que nos atendía era nuestra abuela materna. O sencillamente nuestra hermana mayor, 10 años mayor que nosotros, era la que nos vigilaba. Las mascotas: pájaros, gatos, perros, etc.
10.- ¿Qué lugar ocupo en la hermandad?
El octavo, o soy hijo único y tengo todo el espacio y la atención de mis padres.
11.-¿Qué diferencia de edad existe mi hermano que me antecede y yo, o/y entre el que me sucede y yo?
Hermanos muy seguidos son tratados como una unidad, el territorio se reparte entre ambos. Si uno es el simpático, el otro es el serio, pero éste será listo y el otro torpe, por ejemplo. Hermanos entre los que hay mucha diferencia de edad, son tratados como hijos únicos, e incluso el mayor, ante un padre o una madre ausentes, puede tomar roles paternales o maternales.
12.- ¿Cuáles son los nombres de mis hermanos (incluidos abortos y fallecidos) y las fechas de nacimientos de cada uno de ellos?
Observemos si llevamos el nombre de un hermano muerto antes de nuestro nacimiento, si remplazamos a un muerto. O nuestra fecha de nacimiento coincide con la de ese aborto traumático de nuestra madre… Incluso si nacimos el día de su aniversario de boda
13.- ¿Cómo era la convivencia con mis hermanos mientras viví con ellos? ¿Cómo es en la actualidad?
Rivalidad absoluta y continuas peleas por el espacio, o de cooperación y fluidez. Puede que en la actualidad la relación con nuestros hermanos sea cálida y de cooperación o alejada y distante en todos los sentidos.
14.- ¿Hubo alguno de ellos que acaparó más atención qué los demás? ¿Por qué?
La respuesta siempre estuvo frente a nuestros ojos, tal vez no nos atrevíamos a mirarla. Se paga un precio por ser el preferido.
15.- ¿Qué es de ellos en la actualidad? ¿Tienen pareja e hijos? ¿A qué se dedican? ¿Cómo es la salud de mis hermanos?
Pregunta fundamental para entender el tema del territorio, del espacio, del ego corporal o material.
– Somos moldeados por los deseos de nuestro árbol genealógico. Cuando observamos a una persona estamos viendo su árbol genealógico al completo. Es posible que el linaje materno tenga más influencia que el paterno, pero en cualquier caso, somos como una moneda con dos caras sobre las que quedan las huellas de los dos linajes.
Arquetípicamente la sangre es la familia y transporta la vida y la nutrición.
Los lazos de sangre nos hablan de una unión energética y vital y algo sangrante nos habla de una pérdida evidente de energías.
Los arquetipos similares cumplen una misma función básica a cualquier nivel, ya sea a nivel físico, mental, emocional o espiritual, y, por lo tanto, para el inconsciente, son lo mismo.
El arquetipo es utilizado en el lenguaje onírico. Es la manera en que nuestra alma, inconsciente, superyó o ser superior, según autores, se comunica con nosotros a un nivel externo del observador (internamente son las emociones).
Siempre tenemos una misma relación básica con aquello que supone un mismo arquetipo. Por ejemplo, nos alimentamos de la misma manera a nivel físico (sea comida o dinero/abundancia) que emocional ( nuestras relaciones familiares e íntimas), repitiendo patrones inconscientes, normalmente familiares, pero, también culturales o sociales.
Fuente de vida y de energía, la sangre simboliza la unión de la madre (agua) con el padre (aire) a través de la hemoglobina, que capta el aire, el oxígeno (arquetípicamente la vida) para nosotros.
La unión del padre, oxígeno, y, el agua (madre), crea la vida.
Así, sabemos, que para que un planeta tenga una vida prominente y evolucionada (algunos organismos simples viven en otros medios) debe cumplir dos condiciones. Que tenga agua y oxígeno ¿casualidad?
En cuestión de enfermedades: Para mi inconsciente, a modo de ejemplo, un derrame en la cabeza simboliza que un problema familiar (sangre) es un conflicto a nivel mental, y, será para mí tan grave como lo haya sido simbólicamente el derrame o bloqueo sanguíneo (ictus).
El mensaje tiene que ver con una réplica en nuestro cuerpo físico de lo que está pasando a otros niveles, es decir, una imagen de cómo nos vemos a nosotros mismos en nuestro trauma-ilusión. Cómo nos hemos separado y hasta qué nivel de lo que realmente es, para nosotros, es decir, de lo que sentimos, o, lo que es lo mismo, de lo que deseamos que sea y necesitamos expresar para ser más felices.
Esta separación produce dolor.
El paso de cambiar la perspectiva dolorosa racional (lo que creemos que debemos hacer) a lo que realmente sentimos que es, es el paso que nos conducirá a la sanación de la enfermedad.
La sangre es el medio por el que recibimos la fuente de la vida y los conflictos o distintas afecciones que relacionamos con ella son el simbolismo de cómo nos nutrimos básicamente, de cómo nos relacionamos con la misma vida.
Así, simbólicamente, una circulación lenta en las piernas denota que no damos “vida, energía, impulso” a lo que deseamos. Actuamos más por razón que por emoción y esa falta de coherencia es la que transmite la enfermedad.
Las piernas nos une a la Madre, a la Tierra, a Gaia, a nuestras emociones más profundas.
En el corazón los ventrículos son la parte masculina: expulsa, y las aurículas son la parte femenina, recibe.
Padre= energía yan de impulso y Madre, energía yin, recepción, marcan que nuestro ser recibe y acoge lo que ocurre aparentemente fuera como lo que desea recibir. Uno es espejo del otro siempre.
En el simbolismo arquetípico de la sangre, siguiendo con los medios que ésta utiliza para llegar a todo nuestros órganos, las arterias son masculinas, llevando la sangre yang, llena de oxígeno, de vida, y las venas son femeninas, recogiendo los deshechos de la vida, recibiendo de la vida, permitiendo que ésta se exprese. Una sin la otra no pueden existir. Padre y Madre se proyectan, se nutren el uno al otro y se complementan.
Y sin embargo cuando la mujer se embaraza no se pregunta
¿Quién es el bebé que lleva en el vientre? De una u otra manera se va a encontrar con que está encinta de un producto del que no percibe toda la realidad, como tampoco la percibe el padre, ninguno sabe lo que el otro piensa. Tú no imaginas casi nada, ni los millones de millones de años del pasado ni los millones de millones de años del futuro, ni la extensión infinita de la materia ni la Conciencia sin límites que un nacimiento encierra. ¿Dónde nos sitúamos los humanos? ¿Cuál es su verdadera realidad?.
-¿Qué territorio simbólico ha perdido aquel que ha sufrido un infarto?
El corazón es nuestro Hogar, junto con el útero, nuestra primera casa.
Así, un infarto simboliza un trauma relacionado con nuestro simbólico Hogar, es decir, con nuestro Territorio simbólico.
La familia actúa como un molde y no nos damos cuenta de que en el camino hacia la propia autonomía intentamos encajar en él para sentirnos aceptados y así asegurar nuestra supervivencia. En muchas ocasiones, sin ser conscientes de ello, esta adaptación la realizamos a través de patrones tóxicos que nos limitan y perdemos el contacto con nuestra esencia. Lamentablemente, ésta es la vía más segura para llegar a la insatisfacción.
Jodorowsky nos dice que:
El instinto gregario nos hace desear, cuando los antepasados son imperfectos, quedarnos toda la vida atados emocionalmente a ellos pidiéndoles que nos den lo que hubieran debido darnos… Cortar con el árbol genealógico es un acto heroico, que no recomiendo a las almas débiles.
Gran cantidad de veces, me encuentro con adultos que por no haber resuelto sus sufrimientos infantiles, siguen pegados a la ilusión de que sus padres algún día van a comprenderlos y amarlos, sin querer darse cuenta de que lo que no les dieron cuando niños, nunca se lo darán. Cortar con ellos y buscar el amor en otras fuentes parece fácil cuando se dice, pero en la realidad, el individuo se aferra a sus raíces, como si de ellas dependiera su existencia. Encontrarse de pronto libre de todos esos lazos neuróticos nos coloca en un angustioso vacío.
Es entonces cuando, con voluntad heroica, debemos construirnos una nueva vida, aérea, sin posibilidad de regreso, sin identidad, egoístamente personal, sin una patria reducida a fronteras, perteneciente al planeta entero, libre del pasado, navegando hundido en el presente, obedeciendo a la mutación que intenta el futuro y creando, si es posible, una familia iluminada y libre.
Por una falta de ideales, resultado de la decepción que nos produce nuestra propia especie humana (en todo momento podemos asistir, en algún lugar del planeta, a la matanza de civiles por soldados asesinos o ver a millones de personas muriendo de hambre), educamos a nuestros hijos sin que tomen conciencia de su tesoro interior. En sus espíritus embutimos un juez lleno de desprecio: no son nada, no valen nada, no pueden nada…
Nuestra Alma es la princesa que duerme encerrada en un impenetrable bosque. Y así como el príncipe se abre camino pacientemente entre las zarzas para llegar hasta la princesa y darle el beso que la despierte, nuestro Espíritu debe penetrar en los laberintos de la memoria para demoler al juez interior -suma de todos los prejuicios familiares y sociales- y, valientemente, reconociendo las pulsiones de muerte y las desviaciones de la personalidad, rechazarlas diciendo «Esto no soy yo», hasta llegar al luminoso centro del tenebroso inconsciente.
Bañados por esa luz, nos damos cuenta por fin que el mundo es: un edén que los hombres de escasa conciencia perturban con su violencia animal. Nos vemos a nosotros mismos convertidos en una unidad donde el Cuerpo, el Alma y el Espíritu se complementan en total felicidad.
Alejandro Jodorowsky

jueves, 9 de julio de 2015

¿Por qué aquí todos son tan felices, menos yo?



-¿Por qué aquí todos son tan felices, menos yo? preguntó el discípulo.
-Porque han aprendido a ver la bondad y la belleza en todas partes. dijo el Maestro.
-¿Y por qué no puedo ver la bondad y la belleza
en todas partes?
-Porque no puedes ver fuera lo que no alcanzas a ver dentro.
Anthony De Mello