"Como vengo diciendo, la clave para evitar las repeticiones es la toma de conciencia. Ser conscientes de que nuestros ancestros actuaron según su nivel de conciencia y de que si nosotros aplicamos otro nivel los liberamos. Este es el gran trabajo de amor y de crecimiento, dar solución a los mismos problemas que se nos vienen repitiendo con otro nivel de conciencia.
Cuando tenemos más conciencia adquirimos más libertad, nuestro nivel de insatisfacción desciende, nos unimos a aspectos más generales del mundo, ya no nos identificamos con el clan. Puedo poner como ejemplo mi caso personal. Educado en el seno de una familia fundamentalista católica, fui capaz de trascender todas las limitaciones y todas las creencias que ataban la libertad de mis actos.
Desarrollé la capacidad de encontrar un dios que es todo amor, frente a un dios castigador y tirano. Hoy enseño y aprendo las lecciones magistrales de Un curso de milagros. Me he liberado de la fidelidad al clan, y esto gracias a una conciencia de algo superior y mucho más amplio que mi anterior paradigma. Un paradigma tremendamente reduccionista y separador que se puede expresar con una frase archiconocida: "o estás conmigo o contra mi".
Un nivel de conciencia bajo sería, por ejemplo, aquel en que la persona vive la vida de los demás y no vive su propia vida. No es un acto altruista, es un acto de necesidad. Estudiando el árbol de estas personas encontramos que son hijos no deseados, o de un sexo no querido. Hijos que son una molestia, que vienen en un momento inoportuno, etcétera.
Normalmente el descendiente que cambia el nivel de conciencia a uno superior es rechazado por la familia. Recuerdo perfectamente que mi madre me decía que era el mismísimo diablo. Para la persona rechazada puede ser muy tranquilizador saber que ella encarna la potencia máxima de los personajes del clan y que equilibra a este liberándolo de cargas muy pesadas. Para mí, "la oveja negra" es un alma elevada, por no decir la más elevada del clan."
Enric Corbera.
Bioneuroemoción.
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